Taj Mahal en India


Lloraba un alma enamorada

lágrimas, dolor, pena, llanto
un corazón entona su triste canto
una mano, cansada, tras su ventana cerrada


Allí desde su palacio, desde su ventana
admira aquella lágrima blanca
poesía hecha arte, arte que la pasión arranca
para ti, mi amada, mi esposa, mi alma hermana



… y es que el Taj Mahal es eso: poesía hecha arte, un canto al amor, una obra sublime que sólo un alma enamorada sería capaz de ofrecer al mundo. Allí, justo sobre el pórtico de entrada, se pueden leer unos versos del Corán que describen el paraíso, que te dan una idea de lo que nos vamos a encontrar y de lo que vamos a sentir; como palabras mágicas, aquel portón de bronce nos descubrirá un “palacio de perlas rodeado de jardines”.


LA LEYENDA DEL PALACIO REAL



Corría el año 1607, cuando el príncipe Shah Jahan, heredero del Gran Imperio Mongol, de 20 años de edad, conoció a Mumtaz Mahal, de quien se enamoró perdidamente. La Ciudad de Agra -La India-, celebró la coronación de esta princesa persa-musulmana de 19 años que se transformó en la segunda esposa y la Favorita de su emperador.

Y vivieron un gran amor...pero Mumtaz murió mientras acompañaba a su marido en Berhanpur en una campaña que el Emperador realizó para sofocar una rebelión y luego de dar a luz a su 14º hijo. Pero antes de morir le pidió a su esposo que cumpliera estas cuatro promesas:

Que construyera su tumba;

Que se casara otra vez;

Que fuera bueno con sus hijos;

Que visitara su tumba cada año en el aniversario de su muerte.

Shah Jahan comenzó la construcción del Rauza (tumba), y emplazó la construcción en los bancos del río Yamuna en 1631 Veinte mil personas trabajaron en la obra durante 22 años (hasta 1653) dando forma en mármol blanco a una arquitectura que fusiona la tradición hindú con la persa-musulmana. Los materiales fueron transportados desde Makrana a 300 kilómetros de distancia mediante 1000 elefantes.


Las piedras preciosas fueron traídas desde Bagdag, China, Afganistán, Tibet, Egipto, Persia, Yemen, Rusia y Ceylán para adornar el interior y el exterior de esta tumba. Sin embargo, este esfuerzo monstruoso tuvo un alto costo para Shah Jahan que vivía enloquecido por su homenaje de amor. La ruina económica provocada por la elocuente obra originó la pérdida de su trono. Uno de sus hijos, Aurangzeb, derrocó a Shah Jahan y encerró a su padre en el Fuerte del Agra.

Allí pasó Shah Jahan el resto de su vida, contemplando desde las rejas la maravillosa obra a la cual dedicó su vida y su imperio y que es aún hoy el monumento más impactante de la India. Este descomunal mausoleo, construido como tributo a la memoria de la amada esposa del emperador, es en realidad el regalo de Shah Jahan a toda la raza humana.

Las historias de la Corte señalan que el nombre de “Taj Mahal”, traducido generalmente como “Palacio de la Corona” o “Corona del Palacio” no es más que la versión abreviada del nombre de la emperatriz Mumtaz Mahal. Hoy constituye una de las “Siete Maravillas del mundo”, pero por siempre seguirá simbolizando el más grande.... ...monumento al amor...

La construcción



El edificio empezó a construirse hacia 1632, según los planos de un consejo de arquitectos procedentes de India, Persia y Asia central, aunque parece que el auténtico inspirador fue el propio emperador. Trabajaron en su realización más de 20.000 obreros; las obras del mausoleo concluyeron en 1643 y ¡as de las dependencias adjuntas en 1649. En total, el proyecto ocupó veintidós años y costó cuarenta millones de rupias. Se conocen los nombres de algunos de los maestros que participaron en la empresa: el turco Ismail Afandi, que diseñó las cúpulas; Qazim Khan, de Lahore; Chíranji Lal, de Delhi, que se encargó de los mosaicos; el cantero Amir Ah, de Beluchistán; Amanta Khan, de Shiraz (Persia), insigne calígrafo. El maestro de obras fue el turco Listad Isa; la leyenda cuenta que, cuando el edificio estuvo acabado, Jehan ordenó cortar su mano para impedir que pudiese repetir una’ obra semejante. En los escritos de un misionero portugués de la época parece aludirse a la posible intervención de un artista italiano, Jerónimo Veroneo. Aunque efectivamente vivió en Agra durante esos años, nada parece apoyar de forma seria esta hipótesis.

fuentes: portalplanetasedna.com.ar
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